LA ERA DE LA REVOLUCIÓN 4.0
En estos tiempos la transformación digital está desafiando a los viejos modelos de negocios y presentando opciones estratégicas que mejoran la eficiencia en las empresas, sin importar su tamaño o tipo de industria.
La Cuarta Revolución Industrial, conocida también como Industria 4.0, es la etapa más importante que se da desde el siglo XVIII en la revolución industrial. Esta cuarta fase se caracteriza por fusionar tecnologías actualmente en prueba o en desarrollo, como las esferas de la física, digital, y biológica.
Fusión que activa desenfrenadamente el avance tecnológico y hará que la idea del ser humano como un ser natural se transforme. Esta revolución no cambiará lo que somos si no lo que sentimos y surgirán preguntas como: ¿llegaremos a ser súper humanos? O ¿Habrá un nuevo mundo?
Un mundo donde la revolución industrial ya no tiene que ver con el consumo salvaje de recursos naturales, con la utilización de diferentes combustibles fósiles que en el pasado nos fueron útiles o en el tradicional canal de venta entre empresas y compradores, esta revolución consiste en romper los límites digitales creando una armonía perfecta entre las tecnologías desarrolladas por el hombre y su integración con el planeta. Un sistema que busque satisfacer las necesidades básicas de cada ser humano respetando los bienes del ecosistema, siendo así un desarrollo más justo, donde el objetivo sea optimizar el bienestar de sus habitantes.
Esto ha cambiado completamente la forma de entender los negocios y el papel que tiene la tecnología detrás de todas estas innovaciones. Las mejoras que proporcionan comienzan a notarse y se están asimilando como una realidad inamovible. Todavía quedan por superar problemas como la resistencia al cambio por parte de los trabajadores, especialmente en ciertos sectores, pero se está implantando una mayor conciencia de que las principales tendencias y prioridades hacia la era de los datos es imparable, y hay que adaptarse a ello para seguir avanzando hacia el futuro.
El modelo de educación juega un papel importante en todo este desarrollo de la industria digital, un arma poderosa para responder a la necesidad ineludible de actualizar y mejorar las competencias, un modelo de diferentes tecnologías digitales que responden a la demanda de flexibilidad con respecto al dónde, cómo y cuándo aprender y enseñar, con el fin de poder atender el desarrollo de los aprendices permanentes en diferentes habilidades necesarias para afrontar los desafíos del actual escenario.
A medida que avanza sin control entre redes y algoritmos se vuelve accesible para cualquier tipo de persona, dejando de lado color, raza o nivel socio económico, y es que esa es una de las esencias que hace parte de esta revolución 4.0, el acercamiento de conocimientos sin límites a diferentes personas en cualquier parte del mundo.
Colombia no se ha quedado atrás en esta transformación. En abril de 2019, Medellín inauguró el Centro para la Cuarta Revolución Industrial, que está dentro de los cinco existentes del mundo y el único de Latinoamérica. Su objetivo es desarrollar marcos legales y políticas públicas para acompañar al país y a sus vecinos en la implementación de tecnologías como blockchain y la IA.
La combinación entre estas dos tecnologías blockchain e inteligencia artificial sigue siendo un campo en el que queda mucho terreno por explorar. Y aún no se sabe con total certeza cómo va a evolucionar la interacción entre estas dos tecnologías. Lo que está claro es que el potencial en esta combinación está evolucionando a gran velocidad. En varias compañías del mundo utilizan la robótica para agilizar procesos de fabricación, donde solo el empleado interviene en momentos iniciales para guiar y programar, pero somos conscientes que si esos procesos robóticos se mejoran solo en este año 2020 en promedio 50.000 empleados podrían perder sus trabajos, abriendo las posibilidades hacia nuevas especialidades y oportunidades de empleo en diferentes campos de la tecnología.
Actualmente muchas empresas en Colombia se vieron impulsados a revolucionar digitalmente sus negocios con mecanismos competitivos en el mercado, como la innovación, creatividad y progreso continuo, teniendo a su alcance diferentes recursos tecnológicos, para enfrentar cada obstáculo hacia el desarrollo. Un camino que para algunos ha sido más difícil, pues el interés en lo digital no era prioridad hace unos meses, que con la capacitación continua han entendido no solo aplicarlo en un tiempo de riesgo sino de manera constante. Transformando así las relaciones productivas, económicas y comerciales del entorno físico y digital.
Pensar en el futuro es pensar en las personas y cómo se puede responder mejor a sus necesidades, por eso en esta nueva Smart City se redefine lo que significa el ser humano, asumiendo responsabilidades y adaptaciones a los desafíos y cambios tecnológicos, que nos facilite entender cómo y para quién debemos crear.